Louis Pateur fue una persona que se caracterizaba por su dedicación en el trabajo, donde a pesar de los problemas personales que estuviera experimentando, siempre estaba dispuesto a hacerlo. Sin embargo, existieron cuestiones y contratiempos que obstaculizaron muchas veces sus investigaciones. Su salud empezó a verse afectada desde los 45 años, sufriendo su primer derrame lo cual suponía dificultades en su trabajo ya que  tenía medio cuerpo semi paralizado  obligándolo a trabajar en un laboratorio móvil.
Durante sus investigaciones, dado a no contar con muchos instrumentos y conocimiento debido a la época, experimentó ciertos problemas, como en su estudio de la vacuna contra la rabia, donde inició con la extracción y reproducción de la saliva de un niño enfermo en conejo, la cual no tuvo éxito. Sin embargo, esto no lo detuvo, él continuó hasta obtener respuestas.   
Esta investigación sugirió grandes problemas en cuanto a su análisis, puesto a que  la incubación de la enfermedad tardaba extensos periodos de tiempo. 

Cabe resaltar que uno de los momentos más difíciles y determinantes para este científico fue la muerte temprana de sus hijas, debido a la enfermedad y tumores, esto para Pasteur significó una gran pérdida y motivo de inspiración para investigar sobre este tipo de enfermedades y contribuir para el hallazgo de la cura.